Mensaje de Año Nuevo 2021 de Minling Jetsün Khandro Rinpoché

Saludos a todos:

Al acercarnos al final de otro año y reflexionar acerca de ello, nos damos cuenta de que no hay año que pase sin dejar algún rastro de sabiduría. Cada año conlleva sus propios desafíos y alegrías, y siempre confiere sabiduría y experiencia si elegimos abrir nuestros corazones y recibirlas.

Este último año, particularmente, nos ha enseñado muchísimo, sin lugar a duda. Ha sido caótico, trágico y frustrante para millones de personas, donde algunas experimentaron aburrimiento, soledad y tristeza. Hubo actos prodigiosos de bondad, paciencia y resiliencia, pero también momentos de un egoísmo alarmante, confusión, enfado y desconfianza. Muchos de nosotros hemos sentido que este año no ha sido como ningún otro que hayamos experimentado anteriormente o que hubiésemos imaginado que ocurriría en nuestros tiempos. 

Especialmente para los practicantes, nos ha mostrado claramente dónde estamos tanto en nuestra práctica como en nuestra visión del Dharma. Como practicantes, siempre se nos dice que la práctica es simplemente entrenamiento para que seamos veraces y constantes en el camino de la virtud, incluso cuando las adversidades y las dificultades amenazan con abrumarnos. Es en esos momentos que tenemos la oportunidad de sostener un espejo frente a nosotros y mirar quiénes somos los que seguimos las enseñanzas de Buda Shakyamuni.

Este año, hemos constatado que muchos practicantes han utilizado las experiencias que les ha aportado el año para profundizar en su práctica, estudiar con mayor diligencia y tomarse en serio el significado verdadero de la visión del Dharma. La crudeza y la mordacidad del sufrimiento quebró en dos los corazones de quienes verdaderamente contemplan el camino de la bodhicitta y consideran como sagrado su voto de bodhisattva. De hecho, este voto de naturaleza adamantina ha constituido la mejor coraza frente al caos que amenazó con abatir muchas mentes. Su práctica, para muchos de ustedes, parece haber sido el único faro de cordura en medio de esta travesía por nuestro mundo aún más enardecido.

Dichos practicantes han utilizado las adversidades de este año para llevar al corazón de su práctica los Cuatro Recordatorios. Comprender e interiorizarlos se convierte en la base para desarrollar una mayor consciencia de la verdad profunda del Dharma, la cordura que impide que caigamos en la confusión y en la maraña de los engaños neuróticos (kleshas). Esta cordura no solo equipa al practicante con la bravura necesaria para transformar las adversidades en inspiración, sino que también proporciona un punto de vista más amplio que permite contener, con auténtico amor y amistad, a otros seres avasallados por las adversidades.

Al iniciar otro año y entrar en otro ciclo, es buen momento para mirar detenidamente y con honestidad hasta dónde hemos llegado en nuestras vidas. Como practicantes que ante todo comprendemos la naturaleza efímera de esta existencia, debemos reflexionar acerca de lo que hemos logrado con esta vida hasta este punto y planear estratégicamente la trayectoria vital que nos gustaría recorrer a futuro. Para guiarnos a seguir avanzando como practicantes, debemos contemplar y meditar en lo impermanente e incierta que es la vida, lo poco que comprendemos su naturaleza transitoria y cómo hemos estado tan enfocados externamente en un mundo irreal fabricado. Con esta comprensión, tendremos el valor de planear un recorrido correctamente alineado con la conducta de un auténtico practicante del Dharma.

Desafortunadamente, este año también nos ha mostrado cómo, cuando nuestra práctica diaria y nuestra devoción son frágiles, nuestro miedo y apego al yo nos pueden sumergir fácilmente en los tormentos de sus despliegues y conducirnos de vuelta al samsara de manera desenfrenada.

Imaginamos que, de cierta manera, aferrarnos aún más a nuestras tendencias habituales, conocidas, nos protegerá de un modo u otro de los sufrimientos del mundo. El momento para reconocerlo y corregirlo es ahora mismo. Si no hemos sido constantes en proteger nuestras mentes de la manera de pensar samsárica, pueda este momento presente ser la oportunidad de dejar atrás esas tendencias habituales pasadas.

Al recibir un año más, recordamos a todos los que han fallecido y les dedicamos nuestras oraciones, pensamos en todos los que han padecido inmenso dolor y en los muchos que afrontan inmensas dificultades. Oramos particularmente por la buena salud y la larga vida de todas aquellas personas valientes: los trabajadores de primera línea, profesores, personal sanitario y muchos más que, como ellos, se han dedicado inagotablemente al bienestar y a la seguridad de los demás. 

Quisiera agradecer en lo particular a nuestra sangha por entrar en contacto los unos con los otros y por apoyarse mutuamente a lo largo de este año. Muchos de ustedes, bondadosa y amistosamente, han cuidado los unos de los otros y se han hecho presentes para los miembros de la sangha que han necesitado ayuda y apoyo. En un año como este, en el que muchos hemos estado aislados sin posibilidad de juntarnos con amigos y seres queridos, ha sido maravilloso ver esta comunidad mundial, que sin necesidad de hacer nada en especial, es una robusta fuente de apoyo para todos sus miembros.

Este año, hemos sido testigos del lanzamiento del Portal de Dharmashri gracias a la increíble visión, guía y arduo trabajo de Jetsün Dechen Paldrön. Ha sido una plataforma de práctica y estudio maravillosa para la comunidad mundial de Mindrolling, particularmente cuando no tuvimos la posibilidad de estar juntos como de costumbre. Nos alegramos de que antiguos y nuevos miembros de la sangha pudiesen encontrarse y estudiar juntos de esta manera. Expresamos nuestra sincera gratitud a Jetsünla, sin quien este proyecto nunca hubiese sido posible, y a todo el equipo que trabajó en ello incluyendo a Lisa, Zuzana, Alex, Dean, Roar, Jeannie y muchos más. Quisiera también agradecer a todos nuestros magníficos Instructores de Dharma que han apoyado a cientos de estudiantes en todo el mundo. Esperamos que este nuevo medio de enseñanza y estudio continúe y sea de beneficio para los practicantes por muchos años más.

También quisiera agradecer a todos los miembros del programa de formación del Mindrol Leshe que inició este año. A pesar de las dificultades de los confinamientos, las restricciones de viaje, los horarios laborales y las largas distancias, la mayoría de los miembros de este equipo han seguido practicando, estudiando y sirviendo el Dharma rigurosamente y de las maneras que se han requerido. Han liderado grupos de estudio, han organizado apoyo para miembros de la sangha, han seguido con sus estudios en línea y han demostrado que una comunidad de Dharma estable puede prosperar, incluso frente a dificultades externas tan abismales. 

Ahora, mirando hacia el futuro, sería absurdo no tener el cuidado de utilizar todas las experiencias que hemos vivido este año y no tomarnos el tiempo de examinar y reflexionar acerca de lo que nos han mostrado. Es importante que pensemos atentamente en cómo nos hemos relacionado con las experiencias de este año y qué sabiduría podemos extraer y llevar con nosotros al 2021.

A medida que avanzamos, ¿qué haremos con esta comprensión más profunda y amplia de la impermanencia que hemos adquirido este año? ¿Nos dejaremos llevar por nuestras tendencias habituales o como auténticos practicantes dignos de ser llamados practicantes del Vajrayana, transformaremos el veneno en amrita?

Este año 2020, doloroso y difícil, ¿traerá un crecimiento personal, reanudará el vigor de practicar y ahondar en nuestro compromiso de practicar de manera auténtica el precioso Dharma como si nuestro cabello estuviese en llamas? 

Estas son las preguntas que quizás debamos hacernos a nosotros mismos al final de este año que ya todos queremos dejar atrás.

Muy a menudo nos imaginamos que practicamos, pero tiempos como este nos permiten detenernos y preguntarnos a nosotros mismos: ¿cuánto hemos progresado en nuestro camino del Dharma, en especial, en lo que respecta a nuestra devoción y refugio?

Estos dos aspectos del Dharma constituyen el fundamento mismo de la vida de un practicante. Las dificultades advienen, pero para superarlas, necesitamos ser fuertes. Y la verdadera fuerza proviene únicamente del conocimiento espiritual. Apresurarnos ciegamente a ir de un lado a otro imitando la conducta de un practicante sin haber tomado el tiempo de cultivar un conocimiento verdadero y una comprensión del Dharma resultará en un grave error.

Todo tipo de abundancia viene con la devoción, y la devoción se torna plena gracias al conocimiento espiritual genuino. Ambos, devoción y conocimiento, se obtienen por medio de la meditación. Y aquellos que perseveran en la meditación y observan su propia mente, siempre encontrarán fortaleza y una sonrisa inquebrantable en sus corazones y en sus rostros.

Cuando nos dejamos atrapar por el dominio de la mente egocéntrica, nos volvemos infelices y hacemos infelices a los demás. Tontamente no nos damos cuenta de que podemos utilizar esta mente tanto para crear bienestar como para crear sufrimiento para nosotros mismos. Todos tenemos esta elección. En cada momento, debemos verificar si estamos eligiendo el egocentrismo o si, por lo contrario, estamos eligiendo la ecuanimidad y el samadhi, que constituyen el descanso más profundo y el espacio desde donde la dicha y la belleza pueden florecer.

¿Estamos enfocados de modo relajado y permaneciendo en esta base de conciencia plena? ¿Está esto fortaleciendo dentro de nosotros mismos la valentía para ir más allá del egocentrismo?

Habiendo destilado todo lo que hemos aprendido como practicantes, debemos reconocer que la vida se conforma de una cantidad dada de tiempo y energía. Le atribuimos todo tipo de nombres atractivos. Nos gustan ciertos aspectos y otros no, pero desde la perspectiva práctica de un practicante de Dharma es muy sencillo: lo único que importa es dedicar el tiempo y la energía que tengamos para utilizarlos al máximo por el bienestar de todos. 

Lo que importa es aportar cordura en medio del caos con la sabiduría del Dharma. Iluminar el mundo con suavidad y compasión, aportar la felicidad donde parece que todo está colmado de desesperación, ser una fuente de simplicidad frente a las complicaciones y de sabiduría frente a lo absurdo: esto es Dharma en acción. 

Donde hay caos, hay confusión. Es en esos momentos, en los que estamos rodeados de problemas, cuando es más necesaria la calma. Es entonces cuando la sabiduría cobra su valor. Cuando las dificultades de la vida golpean es cuando todo el conocimiento y los medios hábiles que hemos estado estudiando y practicando deben aplicarse. Cuando otros te culpan, cuando no te entienden, ahí es cuando necesitas la fortaleza interior para ser paciente y no dejarte perturbar. Cuando las cosas no se desarrollan conforme a tus deseos es cuando necesitas la resistencia, fuerza y bravura para seguir adelante y no dejarte abatir.

Con tal coraje y profunda conciencia, al recibir el Año Nuevo juntos, podamos todos reflexionar y aprender de este último año. Podamos todos tramar un recorrido nuevo, dejando atrás antiguos hábitos e ideas samsáricos. Podamos todos adquirir auténtico conocimiento, fuerza y claridad por medio de los Cuatro Recordatorios, el Refugio y la devoción. Con una comprensión inquebrantable de la verdad del Dharma en nuestros corazones, puedan todos convertirse en encarnaciones del Dharma en acción: fuentes de compasión, esperanza, alegría, simplicidad y sabiduría para el mundo.

Rezo por que cada uno de ustedes tenga un maravilloso Año Nuevo y que el 2021 sea un año más bondadoso, más suave y sensato para el mundo entero. Puedan todos los Budas y Bodhisattvas seguir rociándonos de sus bendiciones y que nunca se cansen de nosotros. ¡Pueda triunfar la bondad y la felicidad! ¡Puedan todos encontrar valor, sabiduría y serenidad!

Jetsünla, Mayumla, Dungse Rinpoché, Jetsün Rinpoché, Brittonla y todos los monjes, monjas, el personal de Mindrolling Internacional, y yo misma hacemos oraciones por todos ustedes con nuestros mejores deseos.  

MJKR